5 consejos útiles para compartir un piso en Pamplona

Compartir piso en Pamplona puede ser una experiencia enriquecedora o… Mejor no nos ponemos en lo peor, porque pasar pueden pasar muchas cosas. ¿Es tu primera vez? En ese caso, vamos a ofrecerte unos consejos para que todo vaya bien.

Verás que es una forma económica de convivir y disfrutar de las ventajas de la emancipación y la independencia.

Ventajas de compartir un piso en Pamplona

El coste de las viviendas en Pamplona puede ser un problema para algunas personas y por eso compartir piso es una ventaja. Así podrás dividir el coste del alquiler entre los convivientes y pagar solo una parte del total de la vivienda.

La ubicación de las viviendas para alquileres en general o para alquileres compartidos es muy buena. Hablamos de barrios de Pamplona con una gran vida social y bastante populares. De esta forma, dispondrás de servicios, ocio y muchas opciones.

La oferta en alquileres compartidos también incluye residencias. Y, en este último caso, podrías disponer de limpieza o de manutención.

Sin olvidar los servicios adicionales, ya que los pisos compartidos, igual que las residencias, suelen tener ya contratados los suministros y el acceso a Internet.

Y dicho esto, veamos los cinco consejos para mejorar tu experiencia.

1.- Fianza, contrato y gastos

Lo más habitual es que sea el mismo propietario el que alquile las habitaciones por separado, con lo que cada inquilino tendría su contrato individual. Y será ahí donde se recogerán todos los acuerdos entre las partes y respecto al uso de zonas comunes y derechos de cada inquilino.

Incluso es posible que también el propietario ocupe una de ellas, pero esto es menos común.

El problema viene cuando hay que alquilar una vivienda entre varias personas o convivientes que no conforman una familia. En este caso, deberían ser todos los implicados y a partes iguales los que pagaran la fianza.

En cuanto al contrato, lo ideal es que todos los convivientes figuren en el mismo, asumiendo así cada uno su parte de responsabilidad.

De la misma forma, debería acordarse el pago de los suministros o de la calefacción. Piensa que los inviernos son fríos y caldear la casa es costoso, por eso es mejor valorar opciones antes de firmar.

2.- El talón de Aquiles de la convivencia: la limpieza

Una opción para hacerlo más fácil sería tener contratado el servicio de limpieza de forma externa y que cubriese las zonas comunes de la vivienda. Pero no siempre es posible.

El siguiente plan es establecer algún tipo de calendario entre los convivientes. Y mejor si incluye ciertas reglas para evitar conflictos como “no guardar en la habitación particular utensilios u objetos compartidos o que pertenezcan a las zonas comunes”.

También podéis enriquecer el calendario añadiendo horarios máximos o mínimos para hacer las cosas. Porque es normal que, entre personas diferentes, hay horarios desajustados.

Por ejemplo, si unos trabajan de noche y otros de día, las horas de descanso serían diferentes y hay que pensar en lo mejor para todos. También a la hora de poner lavadoras o emplear electrodomésticos ruidosos.

3.- Llegó la hora del baño y de la cocina

Teniendo en cuenta que cualquiera puede tener televisión en su habitación, son sin duda las estancias del baño y la cocina las más frecuentadas. Todos querrán comer o cenar en algún momento y es posible que sea a horas similares.

Por eso, si disponemos de poco menaje de cocina, hay que dejarlo todo limpio tras el uso para que el siguiente también pueda emplear lo que necesite.

Y algo similar pasa en el baño, con la diferencia de que en este solemos necesitar más intimidad. Esto significa que deberás renunciar a tus largas sesiones de afeitado, depilación o cuidado capilar. Es mejor que esas cosas las reserves para la intimidad de tu habitación y que ocupes el baño lo mínimo indispensable.

Si hay bañera y quieres llenarla alguna vez para darte un homenaje o simplemente, relajarte un poco tras una larga jornada, es mejor que lo avises. De esta forma evitarás cualquier conflicto.

4.- ¿Ponemos la lavadora?

Es posible que, una persona sola, tenga suficiente con lavar ropa una vez por semana o menos. Quizás más si practicas deporte o empleas uniformes de trabajo. Pero si no quieres que tu ropa se acumule o hacer un uso excesivo, podéis compartir colada y amortizar mejor cada puesta.

¿Un truco? Lavar siempre con agua fría te ayudará a ahorrar un dinerito cada mes en energía.

También podéis poner horarios o días de lavado, tanto para la ropa blanca como para la de color y que cada semana se encargue uno, como en el caso de la limpieza.

5.- Las visitas

Es cierto que tu habitación debe ser como tu templo, pudiendo hacer o deshacer lo que quieras dentro de ella. Con libertad y a tu antojo. Pero si se trata de visitas, lo normal es que las evitéis de común acuerdo.

Puede que tengas una noche loca o pareja estable, aun así, deberías dejar los rollos para los hoteles.

Verás que, si hablas abiertamente de todo con tus compañeros de piso, seguro que será más fácil. Y, si os lleváis bien, también podréis organizar cenas conjuntas, veladas interesantes e incluso fiestas.

Y, si te interesa alquilar tu vivienda o estás buscando un alquiler para compartir un piso, en INMOSLM Pamplona estaremos encantados de ayudarte a conseguirlo. ¿Te vienes?

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